Crítica: Cruzando los límites

Por una cosa o por otra no había leído aún a María Martínez. Esta autora estaba entre mis pendientes, así que cuando me tope con Cruzando los limites, supe que había llegado el momento. Una novela intensa, sensual y excitante de esas que tocan, que saben cómo conquistar al lector, convirtiendo sonrisas en punzadas en el corazón.

Quiero ser el hombre que ella necesita y estoy dispuesto a arriesgarlo todo por un futuro que merece la pena. Porque ella es la única chica con la que imagino ese futuro. Nací para quererla y, si no es ella, no será ninguna otra.

Una narrativa ágil y fresca, con la que consigues disfrutar y pasar página sin apenas darte cuenta. La cercanía con los personajes es uno de los puntos fuertes del libro.  Desde la primera página consigues meterte de lleno en la historia, viviendo así en primera persona cada uno de los momentos.

Caleb y Savannah son dos personas totalmente diferentes, que se complementan a la perfección a pesar de ser la noche y el día. Me lo he pasado en grande viviendo sus tiras y aflojas, he reído he disfrutado y sobre todo he sufrido con el giro inesperado que hay hacia mitad del libro. Quiero destacar también el papel de los secundarios, sobre todo, el de Cassie y Tyler, y es que a pesar de que la historia se centra en Caleb y Savannah, aportan momentos muy buenos dentro de la trama.

Cruzando los límites es una historia intensa, sensual y excitante. Con la que se disfruta de principio a fin, y donde la autora nos sorprende con una historia con aires extranjeros.  Por suerte disfrutaremos de la pluma de la autora en la siguiente publicación, donde ha confesado que seremos testigos en primera mano de la historia entre Tyler y Cassie.